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Se centran en los siguientes aspectos:

• Tamaño de la lesión: Al contrario que en la ecografía en modo B, la elastografía es menos exacta cuanto más grande es la lesión y el rendimiento diagnóstico en lesiones inferiores a 1 cm es superior al de la ecografía en modo B. El tamaño crítico lo sitúan algunos autores entre 2,5 y 3 cm.
• Profundidad de la lesión: La limitación que supone la profundidad de la lesión es variable, algunos autores afirman que a más de 10 mm las lesiones no son valorables, otros establecen el límite en 25 mm y otros no encuentran limitación en la profundidad.
• Localización de la lesión: Las lesiones retroareolares o situadas en el surco inframamario pueden ser difíciles de evaluar.
• Densidad glandular. Las mamas fibrosas con ausencia de tejido adiposo alrededor de la lesión pueden dificultar la medida de la elasticidad, pues debe recordarse que ésta se mide en función del tejido circundante.

Una puntuación de 1 o Score 1 (E1) indica una tensión o elasticidad homogénea en toda la lesión, que se muestra homogéneamente de color verde. Una variante de este tipo (1*) es la imagen diagnóstica de los quistes: la imagen en tres capas, producida por artefactos de reverberación

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Una puntuación de 2 (E2) indica una lesión fundamentalmente elástica con algunas zonas de ausencia de elasticidad (patrón en mosaico verde y azul)

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Una puntuación de 3 (E3) indica elasticidad en la periferia de la lesión y ausencia de elasticidad en el centro (periferia en verde y centro en azul)

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Una puntuación de 4 (E4) indica ausencia de elasticidad en toda la lesión (toda la lesión es de color azul)

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Una puntuación de 5 (E5) indica ausencia de elasticidad en toda la lesión y en el área circundante (el área de color azul es más grande que la propia lesión)

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Una lesión con una puntuación entre 1 y 3 se considera benigna y si la puntuación es de 4 ó 5, maligna.

Se valora la elasticidad de los órganos o tejidos, como por ejemplo el hígado para determinar si existe fibrosis.
También se mide la elasticidad de nódulos en la mama, el tiroides, el testículo, los músculos, etc, para tratar de establecer si se trata de un tumor benigno o maligno. En los casos dudosos suele recomendarse la PAAF (punción aspiración con aguja fina para analizar las células).

Es muy importante para valorar los márgenes de los tumores y mostrar si hay signos de invasión o infiltración de los tejidos que rodean al tumor.

Entre otras aplicaciones, es muy útil para sugerir la consistencia de una cicatriz tras una rotura de fibras en un músculo, tendón o ligamento y poder aconsejar si se puede o no retomar la actividad deportiva, laboral, etc.

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Básicamente se trata de conocer cuán elástico es un tejido, como si el explorador pudiera palparlo con sus propias manos. En función de esa elasticidad obtendremos datos importantes acerca de la naturaleza del órgano explorado. Cuando un paciente presenta un tumor accesible a la palpación manual (p.ej. un tumor en el cuello) y el explorador percibe con sus manos cómo ese tejido resulta ser duro, poco elástico y adherido a los planos profundos, éste se plantea inmediatamente la posibilidad de que aquello que palpa pueda ser maligno. La idea en la elastografía es poder “palpar” un tejido no accesible, y de esta forma ser capaces de estudiar la naturaleza de un nódulo o masa sospechosa de malignidad en sus estadios más tempranos y así orientar su diagnóstico evitando otras pruebas más costosas o agilizando tiempos de espera.

La técnica es aplicable a todos los tejidos y no sólo como herramienta para buscar tumores malignos, aunque la elastografía pretende sobre todo ser un recurso útil en el diagnóstico de cáncer. Se ha visto que la elastografía combinada con la ecografía y la mamografía aumenta el rendimiento diagnóstico en el cáncer de mama. En tiroides, páncreas, próstata y ganglios linfáticos se están estudiando sus posibilidades diagnósticas. La elastografía hepática fue la primera en llevarse a cabo y resultó ser donde se vieron los primeros resultados positivos como técnica para valorar enfermedades difusas del hígado y cirrosis. Parece que también está demostrando buenos resultados en el estudio de la pared de vasos sanguíneos, patología trombótica y tejido cardíaco.

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La imagen que que el ecografista obtiene en el monitor, en color, permite discernir los tejidos más elásticos de los menos elásticos con un golpe de vista. Las posibilidades que ofrece no son nada despreciables ya que mediante la elastografía cabe la posibilidad de orientar punciones y biopsias al foco de un presunto tumor maligno, se puede detallar la extensión de un tumor mediante US, e incluso podría plantearse la monitorización de la eficacia de un tratamiento, entre otras cosas.

El ecógrafo mediante el cual se realizan estos estudios es una unidad convencional de ecografía con un módulo de elastografía y utiliza el mismo transductor para los estudios en modo B y elastosonografía. Habitualmente se evalúa la lesión en modo B y posteriormente se realiza el estudio elastográfico. La presión que hay que ejercer sobre la mama es mínima (pequeños movimientos oscilatorios de la mano, como un yo-yo), de unos 2 mm en la dirección vertical. En el ecógrafo existe un indicador de presión que no debe exceder los valores de 2-3. Si se ejerce más presión de la debida, se pierde la proporción lineal entre presión y tensión y se pueden producir falsos negativos (el tejido más duro muestra un falso desplazamiento). Es muy importante evitar los movimientos laterales o angulados; es éste uno de los aspectos técnicos que hay que aprender mejor para dominar la técnica.

Los datos elastosonográficos se traducen a una escala de 256 colores (a cada pixel de la imagen elastográfica se le asigna uno de estos 256 colores) que se representa sobre la imagen en modo B. Los colores oscilan entre el rojo (corresponde a tejidos blandos, los que presentan el máximo grado de tensión o elasticidad) y el azul (corresponde a un tejido duro, con poca tensión o elasticidad), siendo el color verde indicador de una elasticidad media. El rectángulo de la región de interés (ROÍ, región of interest) se coloca de modo semitransparente sobre la imagen en modo B, intentando que la lesión a estudiar no ocupe más de un tercio del área total de la región de interés y que incluya el tejido celular subcutáneo y el músculo pectoral. Es habitual realizar medidas de los valores de elasticidad en planos ortogonales (axial y longitudinal) para alcanzar una mejor resolución espacial y capturar un posible desplazamiento lateral en las regiones más duras.

En la pantalla del ecógrafo se pueden ver las dos imágenes simultáneamente (modo B y elastografía) y los cambios en la elasticidad se evalúan en tiempo real.

La profundidad de las lesiones es un factor limitante para la elastosonografía. Se recomienda que las lesiones a estudiar sean superficiales (situadas a unos 2,5 – 3,5 cm de la piel).

La escala de elasticidad más frecuentemente utilizada en la literatura es la de UENO

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Un sistema de imagen (ecografía o resonancia magnética) adquiere los datos correspondientes a la anatomía tisular pre-deformación o compresión. Luego se aplica una pequeña presión, mediante un compresor externo (transductor ecográfico) o una función fisiológica (respiración, cambios en la tensión sanguínea) y se adquiere otro mapa de la anatomía tisular (postcompresión o deformación). El desplazamiento del tejido deformado se calcula mediante la comparación de estos dos mapas anatómicos. La tensión tisular mecánica se estima calculando el gradiente (la tasa de cambio espacial) del desplazamiento. En ecograf ía, el desplazamiento a lo largo de la dirección del haz ultrasónico puede calcularse más exactamente y con más precisión que en la dirección lateral. Basta un pequeño movimiento repetitivo que produzca una ligera compresión sobre los tejidos mamarios para que se pongan de manifiesto sus diferencias de compresibilidad. Las ondas que se reflejan hacia el transductor ecográfico presentan una distorsión debido a la diferencia entre los mapas anatómicos pre y post compresión. El análisis computarizado de la distorsión de la señal ecográfica mediante métodos de correlación, proporciona una información sobre la elasticidad de los tejidos mamarios normales y las lesiones patológicas. Esta distorsión en la señal ecográfica representa el «modulus» de elasticidad o la relación entre la presión necesaria para conseguir un cambio relativo en su tamaño longitudinal por desplazamiento. Existen dos tipos de diagnóstico por imagen de la elasticidad: el «strain imaging» o diagnóstico por imagen de la tensión o desplazamiento, en el cual se mide el desplazamiento de la lesión independientemente de la presión aplicada (es un mapa de desplazamiento relativo al desplazamiento de las estructuras adyacentes) y el modulus imaging odiagnóstico por imagen del módulo, en el cual se cuantifica en números absolutos la dureza del tejido, ya que tiene en cuenta la presión ejercida para obtener un desplazamiento concreto. Esta modalidad diagnóstica de la elasticidad es la más exacta pero no se utiliza en el diagnóstico por imagen y cuando hablamos de elastografía, consideramos el análisis semicuantitativo que ofrece el strain imaging. Existen además varios métodos de correlación para calcular la tensión tisular; el más aceptado actualmente es el «método de autocorrelación combinado extendido» o extended combined autocorrelation method (CAM), que permite el cálculo de la elasticidad de los tejidos en tiempo real y evita los errores producidos por el desplazamiento lateral del transductor.

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